Le Reine de la nuit / 6

( Continuación de Capitulo 2)



Un silencio incomodo invadió un largo tiempo mi habitación. Mi abuelo seguía con ese rostro perdido en la lejanía de sus recuerdos como volviendo a revivir el pasado.
-¿Abuelo? – cogí sus manos entrelazadas entre las mías - ¿Estas bien? 

Una pregunta tonta sabiendo cual seria su respuesta por su triste mirada.
-Es tan duro recordar... - se llevo mis manos a sus labios y las beso - Pero tienes que saber la verdad. No soporto ver que vives rodeada de secretos. 
-Cuéntame. ¿Ese Joel como le hizo eso? - le inquirí desviando mi mirada a sus piernas.
Mi abuelo respiro profundamente y se volvió a enjaguar las lágrimas que volvían amenazar su salida.
< Estaba tenso. Cuando note lo cerca que estaba su aliento en el hueco de mi nuca. Y dentro de unos segundos notaría como sus colmillos perforarían mi carne para complacer su sed. 
-Joel-siseo una voz femenina.
Volví a respirar cuando se separo de mí. Los dos nos volvimos hacia donde estaba esa mujer.
-¿Que haces aquí?-rugió molesto y avanzo hacia ella.
No pude ver como era la mujer. Estaba oculta en la oscuridad sin permitirse ser iluminada por las llamas. .
-Estas tardando en tu objetivo. Y esos entrometidos están llegando aquí - le dio la espalda dispuesta a volvernos a dejar solos- Te estaremos esperando donde tu ya sabes. Date prisa.
-Tienes suerte, Gregorio- se mofo de mí y giro la cabeza hacia mi dirección - Cuando nos volvamos a encontrar ya no lo tendrás tanto.
-No habrá otra oportunidad si te impido que te largues tan fresco - le indique con el dedo índice al mismo tiempo que le guiñaba un ojo - ¿Sabes que con esto se me hará fácil matarte?- le enseñe el arma que aferraba nerviosamente con la otra mano. Ingenio de mi no pensé que una simple pistolita no iba hacer nada aun vampiro. No quería creerme lo que veía ante mis ojos.
Se volvió a mofar de mí. Una carcajada tan fuerte que parecía que me iba a dejar sordo.
-Siempre me has caído fatal - se fue acercando lentamente a mi con una sonrisa burlona- Tendré que dejarte un recuerdo de mi. A tu hija no le va a faltar nada, la cuidare como si fuera mía. 
-¿Donde la tienes? ¿Que te hemos echo para que nos destroces la vida? Cuando lo has necesitado te hemos acogido en casa y te hemos apoyado cuando....
No me dio tiempo a terminar la frase. Me lanzo con tanta fuerza contra la pared de esa cutre cabaña para luego engancharme en el cuello de la camisa y alzarme sobre el aire por encima de su cabeza.Mirándome con arrogancia.
-Joel, sueltame y devuelveme a mi hija. Vuelve con nosotros a casa.
-No me encantaría ver tu careto todos los días. Aun hoy me estoy preguntando que vio de ti mi hermana. Careces de atractivo. 
Pretendía herirme con malas palabras para alimentarse de mi debilidad. Y no iba a darle ese gusto así que le proteste:
-Así que el niñato a dejado derramar lágrimas por una furcía que murió al saber cómo. 
Sus ojos desprendían fuego y la mandíbula la apretó enseñándome sus dientes. 
Me volvió a lanzar fuertemente pero, esta vez, contra el frío suelo. Me cubrí la cabeza con los brazos y caí de espaldas. Enseguida lo vi sobre mí. Dándome puñetazos en todas partes de mi cuerpo. Intente defenderme. Pero estaba poseído por la ira. 
-¡No vuelvas a insultarla! 
Sus ojos inyectados en sangre. Rugió. Lo último que vi fue su puño dándome en los hocicos. Cuando volví en mi estaba en un habitación de paredes blancas. Supuse que por el aspecto de la habitación estaba en el hospital. Nadie me creyó de lo que paso en esa cabaña. Dos hombres que utilizaban esa zona para cazar me habían encontrado >
Se golpeo las rodillas con los puños.
-Y aquí estoy. Sentado en esta maldita silla.
-Encontraste a mi madre ¿como?
-No la volví a ver. Hasta después de 14 años. Una noche que me preparaba en meterme a la cama.
<< Me internaron en un psiquiatrico dedujeron que la muerte de mi esposa y la desaparición de mi hija me había producido un shock emocional y que iba tardar años en volver a ser yo. Pero yo seguía con mi argumento no pensaba cambiar nada de él para que pensaran que estaba bien. Así que ahí estuve el resto de mi vida hasta que apareció mi princesa. >>

Le Reine de la Nuit /5

( Continuación Capitulo 2)


Hay días que pienso que estoy loca y me torturo negándolo acurrucada en una de las cuatro esquinas de mi habitación. ¿Es mi cárcel este sitio? ¿Porque no puedo ver el mundo exterior?
Sentada en la hierba quiero bañarme con el aire limpio de la esplendida naturaleza, oír el suave canturreo de los pájaros e inhalar con mis orificios nasales el dulce aroma de las flores. Tumbarme de espaldas y cerrar los ojos. Dejarme envolver completamente por esa tranquilidad. ¿Hay alguien al otro lado de esta habitación que pueda lamentarse de mi agonía?
-¡Cállate de una vez! ¡Déjate tus absurdas locuras para cuando te destierren de aquí!
-Enamorarse ¿eso es un delito?
No obtuve contestación pero sabia que seguía de pie vigilando detrás de esa puerta.
-¡Dile a mi hermano que quiero verlo!
La puerta de mi habitación se abrió de repente y me lleve una mano en el pecho mientras que con la otra cubrí mi rostro. Unas manos finas me abrazaron y sentí como me revolvía los cabellos mientras me consolaba con dulces palabras.
-No te volverá hacer mas daño. Es tu hermano y tiene que comprender que en el amor tú no eliges de quien te enamoras.
La empuje levemente para zafarme de su abrazo y mirarla directamente a los ojos. Su semblante suave era sombrío y sus ojos celestes desolados y vacíos, por el dolor de ver a su amiga, a mi, en esa situación. Sus cabellos lacios y dorados recogidos en una rápida coleta a un lado.
-¡Edelia!
Las dos nos cogimos las manos por el temor de a ver sido descubiertas por él
que la llamaba.
El sonido sordo que produjo un objeto al caer me hizo despertar con un grito. Estaba con los nervios a flor de piel y para no ser menos empapada de sudor. Respire relajadamente para calmar los latidos frenéticos de mi corazón.
-El mismo sueño ¿no?
No me había dado cuenta de la luminosidad de mi habitación hasta que escuche a mi abuelo con la silla de ruedas, cerca, al borde de mi cama.
-No, este es diferente -repase con la vista mi habitación-¿Y mi padre? Es raro que aun no este aquí.
-Esta durmiendo como los angelitos ya veras que resaca tendrá mañana - soltó una carcajada y se aparto con la palma de las manos las pequeñas lagrimillas de alegría- A mi nadie me gana. Así estamos a solas y podemos hablar.
-¿Que hora es?
Mi abuelo consulto su reloj colgante de plata que lo saco de su bolsillo de la camisa blanca.
-Las 5.¿Siempre a la misma hora y el mismo sueño?
-Si. Pero ahora no, ha sido diferente. ¿Como sabes eso?
-Tu madre también los tenia a tu edad - mi abuelo acaricio distraídamente con las yemas de sus dedos el reloj- Entiendo a tu padre que le cueste hablar de su mujer tanto como a mi. Me quise morir no podía seguir viviendo si en ella. Buscaba con ansias a alguien a quien culpar y sentirme bien como tu padre. Pero tenia algo que me ayudaba a soportar tanta angustia mi princesa, mi hija Rossena.
Se guardo el reloj con los ojos llorosos. Él entrelazo los dedos y se quedo unos segundos con la cabeza inclinada, parecía meditar a ver lo que iba a decirme ahora.Lo miraba ansiosa de que siguiera hablando.
-Si pudiera levantarme de esta silla.....si pudiera volver el tiempo atrás....si pudiera salvarla.... cuantos "si"¿no? eso dice lo arrepentida que esta esa persona...pero el pasado no se puede cambiar…
Se quito las gafas y las dejo en su regazo. Se limpio las gotitas que amenazaban por salir de su lagrimal.
-Abuelo, ¿Que te paso?
-Fue mi estúpido orgullo y lo ciego de amor que estaba por mi mujer que me ayudo a terminar así-se pellizco en el brazo-Lo primero que hice al caer al suelo duro y agrietado.
-¿Eso donde?
-Sabia que vivía fuera del pueblo. En el bosque andaba oculto su casita por una gran cantidad de árboles pegados tan juntos y altos capaces de esconder hasta el propio diablo pero claro nadie se atrevía adentrarse muchos que lo habían echo nunca volvieron ¿Por que seria? - se río tan fuerte que le entró la tos. Se puso un pañuelo de seda en la boca, tenía sus iniciales, y con la otra mano en el pecho – Me lo regalo tu abuela.
-¿Por que seria?
Me acomode mas en mi cama, me agarre las piernas con las manos y apoye mi barbilla en las rodillas. Interesada.
-Joel, el hermano de mi mujer, vivía allí. Solo tenía que encontrarlo y exigirle que me devolviera a mi hija. Era así de fácil. Ese muchacho tenia la misma estatura como tu padre, muy delgaducho y un rostro alargado con un mentón pronunciado. Unos ojos saltones y negros que contrastaban con el color de sus cabellos.Pero no me imaginaba…
Se volvió a poner las gafas y se acaricio el bigote gris como si estuviera pensativo.
< -¡Gregorio! ¡Tu por aquí!-exclamo con entusiasmo cuando me vio en el umbral -¡Adelante! ¡No seas tímido y entra!
Antes de entrar me asegure de echar un vistazo rápido detrás de mi .La puerta me la había encontrado abierta así que pase por delante de ella sin inmutarme a cerrarla .Joel estaba sentado en un viejo sillón marrón con un cigarrillo entre los dedos al lado de una vieja chimenea encendida hace poco como pude calcular por las brasas. Era una cabaña y de inmobiliario solo tenia ese sillón.¿Donde se había quedado ese chico romántico y tímido? Frente a mi había un hombre atractivo. Estudie su cambio, tenia una tez pálida, su cuerpo moldeado parecía que se había dedicado esos años a fortalecer sus músculos, el mismo rostro pero con una belleza añadida por uno ojos profundos y negros que me observaban maliciosos.
-Mi Alice tenía razón. Te habíamos perdido hacia tiempo.
Se río con una risa sonora que me pareció que las paredes crujían por el eco.
-¿Buscas a tu niña?-ladeo la cabeza hacia un lado y me enseño los dientes.
-¡OH, Dios! - me recordé que tenia que hacer frente a mi miedo a ver ese monstruo delante de mi para recuperar a mi princesa- ¡Devuélveme a mi hija, maldito, cabrón!
-Cálmate, Gregorio –Se levanto del sillón. Alzo las manos con las palmas hacia adelante y dejo que su cigarrillo se le resbalara de los dedos hasta caer al suelo-No te sienta bien estresarte.
Apreté los puños. Fui hacia él, lleno de rabia, alce un puño directo a su precioso rostro que me lo esquivo desapareciendo de mi vista sin ni siquiera darme tiempo pestañear.
-Pronto será huérfana-me susurro detrás de mí. Tan pegado que sentí su repúgnate aliento en mi nuca. El bello se me erizo >
-¿Un vampiro?- me quede atónita y le alce la barbilla para que me mirara.
Su rostro se había convertido en una sombra del recuerdo.

Le Reine de la Nuit /4

Capitulo 2: Las cosas mas simples me hacen feliz


-Esta exquisito - saboreo la ultima cuchara de pastel y se hecho otra porción mas grande que la anterior- Echaba de menos las reuniones familiares y también yerno tus recetas. 
-Tampoco es para tanto jaja
Mi padre empezó a recoger los últimos cubiertos de la mesa para depositarlos en el lavavajillas.

-Mi hija siempre me decía que era la chica mas afortunada por tener aun cocinitas pero no solo por eso sino también por como eras.
Mi padre no le dijo nada como si no lo hubiera escuchado siguió recto hacia la cocina.
-Se ve que no me ha escuchado. 
Mi abuelo me dio una palmadita en el dorso de la mano.
-Gracias por invitarme a comer hoy- me miro intensamente- para este viejo ha sido... no encuentro las palabras exactas para explicártelo, mi preciosa nieta. 
-Te puedes quedar a dormir esta noche- mi padre sostenía en una de sus manos el inalámbrico y en otra una botella de coña- ¿Quiere unas noches como la de antes, viejo loco?
Mi abuelo soltó una carcajada acompañada por una fuerte tos. 
-¡La leche! ¡Por poco me muero de tantas emociones juntas!-se aparto la mano del pecho y le rebato a mi padre la botella que había dejado sobre la mesa muy cerca de él cuando se había acercado a mi abuelo para darle una palmadita en la espalda - anda pon unos vasos y echemos unos tragos. Deja que la niña les avise de que hoy dormiré en casa. 
-Será mejor que no bebas no sabia que estuvieras tan mal.
Mi padre lo miro dubitativo con lastima en sus ojos castaños, suavizo sus rasgos del rostro y una linea recta asomo en sus labios finos. Esa expresión la conocía muy bien.Estaba preocupado.
-Yo mismo los avisare- dijo con el teléfono puesto ya en la oreja- te quedas a dormir pero nada de beber.
-Jack, estoy muy bien de salud. He tosido porque....
-Vigila que no beba.
Abandono el comedor para dar vueltas en el pasillo esperando a ver si alguien se esforzaba en coger el telefonillo.
Me despiste siguiendo con la vista a mi padre cuando al volverme vi que mi abuelo no estaba a mi lado.Había ido a la cocina para coger unos vasitos pequeños. Me quede con la boca abierta de asombro. Si que corría con esa silla y demasiado silenciosa.
-¡Abuelo! ¿ No has escuchado lo que te ha dicho mi padre? 
-No soy sordo querida y sé perfectamente lo que me ha dicho.
Empezó a servir la bebida manteniendo el pulso y ni una gota se le derramó fuera del vaso.
-Entonces...
-La vida es muy corta y hay que disfrutar de los pequeños placeres que te ofrece sino para que existimos.
Termino de servir y volvió a dejar la botella en la larga mesa marron de caoba. Asió el vaso justo cuando mi padre entro al comedor y lo miro mal con la boca torcida.
-Jack, solo uno que no me hará daño.
-Viejo loco, siempre te sales con la tuya.
Cogio de mala gana el vaso o eso me pareció ya no sabia distinguir cuando se hablaban en serio o estaban bromeando. 
Brindaron por los que aun estamos aquí y se lo bebieron a un trago. Riéndose. Me asombre cuando mi padre volvió a echar coña en los vasos.
-¡Otra más!
Mi abuelo le dio una suave palmada en la espalda.
-Así me gusta, Chef. Bien lleno el vaso.
-Yo mejor me voy a pasear un rato.He quedado con una amiga y ya son las 5 de la tarde.....
Ninguno me apresto atención estaban centrados en la apuesta que ahora mismo había surgido entre ellos. Una apuesta absurda a ver quien aguantaba más en ¡NO ESTAR BORRACHO!
Mi padre se había dejado convencer fácilmente por mi astuto abuelo. No entendía porque ponía pretextos para no ir a visitarlo si se llevaban muy bien. "Hay cosas que aun no entenderás" esa frase volvió a mi memoria dichas por mi propio padre y se volvieron a repetir por mi abuelo pero de diferente forma "Lo conocerás muy pronto así también el motivo de que no hable de mi hija tanto como me gustaría"
Antes de salir de casa me puse el colgante de mi madre y lo bese.

-Puf ¡pero que calor que hace! 

Mis pasos aunque lentos para el sofocante calor me llevaron a un parque, en medio había un lago con unos pocos cisnes. Muchos niños con sus padres estaban en el puente que estaba sobre el lago tirando migas de pan y cuando se acercaban intentaban meter la mano por las barandillas metálicas para acariciarlos.
No se porque pero sonríe a ver esas escenas. Y añore a ver estado así de feliz con mis padres.
Busque con la mirada en un banco con sombra aunque fuese pequeña.
Apoye la espalda en el respaldo y suspire. Cerré los ojos para adentrarme mejor a ese mundo de sonidos provenientes de la naturaleza.
-Igualita.
Con disgusto de ser interrumpida y sobre todo de a ver escuchado esa voz procedente de ese molesto tipo. Estaba en frente mía con una estúpida sonrisa burlona. Si puede que no estuviera bien animicamente después de recibir otro plantón de mi mejor amiga.
-Otra vez Tú. Que pequeño es este mundo.
-Ya te dije que nos volveríamos a encontrar, preciosa.
-Y yo te diré que esta será la última vez que nos encontremos, pelirrojo.
-Mejor eso que un insulto a mi persona.
Se rió y se relamió los labios.
-Son preciosos como tú - apremio, indicando con el mentón a la dirección del lago- ¿Quieres tirarles migas?
-Claro, ahora mismo lo estaba pensando pero no tenia a nadie que compartir ese momento- me incorpore de un salto y le clave la mirada desafiante o eso pretendía que pareciera- primero dime tu nombre y no vale uno falso sé cuando me mienten.
-Preciosa y mala mentirosa - amplio la sonrisa guiñándome un ojo. Sus ojos castaños brillaron divertidos- Raphel.
-Bien, Raphael - puse las manos en jarras y lo rete con la mirada- Espero que hayas traído suficiente cargamento para una tarde bien larga.
-Afirmativo, mi teniente-se irguió sacando pecho imitando postura militar y con la otra mano me enseño una bolsa transparente y pequeña llena de migas.

Le Reine de la Nuit /3

( Continuación Capitulo 1 )



A mi abuelo cuando entré en la habitación se le ilumino los ojos de alegría. Entre sus manos llevaba abierto de par en par un periódico de hace 2 días. Lo estaba leyendo por encima de las gafas que estaban casi al final del puente de la nariz . Hizo una mueca de disgusto al leer algo.
-Siempre igual -doblo el periódico en dos y lo dejo en su mesita de noche- En eso no hemos progresado la sociedad. Guerra y más guerra. ¿Es que los humanos no sabemos pedir las cosas sin sangre por medio?

Lo abrace y el me dio un beso en la coronilla. Acerque una silla para sentarme a su lado.
En su juventud había sido dirigente de un banco un oficio que había heredaro de sus antepasados por parte de su padre pero que debido a algo tuvo que dejarlo. Antes de conocer a mi abuela había sido boxeador durante 4 años antes de que muriera su padre y el peso de encargarse del negocio recayo en sus manos. Había fortalecido tanto el cuerpo que aun mantenía en los brazos una pequeña parte de sus explendidos musculos que lo llevaron a la fama. Siempre había descrito a su mujer mas bella como una flor, esbelta y alta como mi madre pero fragil de salud.
Unas pequeñas arrugas aparecieron en su frente al fruncir el entrecejo aumentado las que tenían de la edad. Entrecerró los ojos grises y me miro unos segundos. 
-¿Quieres hablar de tu madre?- siempre había sido un hombre muy intuitivo me lo había avisado mi padre y por naturaleza no se me daba bien disimular- ¿A que si?
-Si, abuelo.
-Obviare describirla como habrás visto en fotos es muy parecida físicamente a ti.Todas las mujeres de tu familia comparteis unos identicos rasgos.
Se me vino a la mente que antes unos segundos ese mismo chico pelirrojo había dicho lo mismo. Coincidencias. Si era eso.
-A las dos os gusta llevar el cabello largo pero tu madre lo tenia mas que tú. Nunca se lo vi corto como su madre, mi amor, que siempre su corte era media melena muy simple como en aquella época, lacio y negro brillante como sus ojos oscuros -se le escaparon unas lagrimas al recordarla y saco una foto de su bolsillo de la camisa- Todas las mujeres de tu familia como te he dicho son físicamente parecidas y con un gran temperamento pero demasiado buenas por dentro.
Giro su cabeza hacia la ventana para perderse en la lejanía de aquel armónico paisaje.
-¿Te acerco, abuelo?
-Aunque este parado en esta maldita de silla. No soy un inútil.
Sus manos se posaron en las ruedas y las deslizo suavemente hacia delante. Hasta llegar a la altura de la ventana.Alzo la foto a la luz del sol. 
-¿A que era preciosa mi Alice?
-Si, era muy bonita.
La foto era blanco y negro. Estaban de pies en lo que parecía de fondo su comedor. Mi abuelo estaba detrás de ella apoyando su mentón cuadrado en el estrecho hombro de su mujer como si quisiera recordar su aroma para un futuro, la miraba tiernamente con una gran sonrisa y sus grandes manos rodeaban la cintura de mi abuela que estaba dandole la espalda. Se parecía a mi madre tenia un fino rostro, unos labios gruesos curvados en una sonrisa y una mirada dulce. Ella sostenía en brazos un bebe apenas podía tener 1 año.
Beso la foto y se la guardo donde antes.
-De parte de mi padre no tengo familia, se quedo huérfano hace años pero de parte de mi madre solo te tengo a ti abuelo. ¿No hubo mas familia viva?
-La había- su alargada cara se volvió tensa y note como apretaba la mandíbula- Tu abuela tenia un hermano pero murió hace mucho.Parecían siameses cuando los conocí estaban muy pegados. Al principio empezó a vivir con nosotros pero de repente su hermano se fue distanciando, no supimos su panadero hasta aquella noche... - dejo la frase a medias y se cubrió el rostro con las manos.
Me acuclillé ante el y le fue apartando las manos lentamente.
-¿Que paso abuelo?
Un sonido rompió ese momento que tanto ansiaba tener. Era mi móvil. Lo saque del bolso sin ganas.
-Dime.
Era mi padre. Había tardado a la hora prevista de llegada a casa y quería saber si estaba bien. Eso que mi retraso era de 5 minutos nada mas.
- Si.Quería estar mas tiempo con mi abuelo hoy- preferi no contarle el encuentro de ese chico- Vale.
-Tu padre ¿no?- se alejo de la ventana para ir abrirme la puerta- Ya no viene a verme.¿Cómo esta?
-Si.Esta bien algo paranoico desde que tengo la misma pesadilla todas las noches.
-¿Cual?
-Estoy en la cocina. Presa de un pánico pero no se el motivo que me lleva a coger el teléfono y llamar a mi "supuesto" marido. Luego un hombre aparece detrás de mi, me vuelvo despacio.No le veo el rostro pero lo reconozco. Me agarra fuertemente el cuello hasta quedarme casi sin oxigeno.
Mi abuelo se quedo con la mano en el aire. Su tez morena de la cara paso a blanco color de la leche. Se quedo como una estatua.
-¿¡Estas bien!?
Lo aparte de la puerta para llamar corriendo a una enfermera. Cuando volví con ella. Me quede extrañada al ver a mi abuelo rebuscando en el primer cajón de su mesilla.
-No es nada. Me acabo de acordar que tenía que darle a mi nieta una cosa.
La enfermera le regaño cariñosamente.
-Gregorio no asustes así mas a su nieta o se quedara sin jugar a las cartas.Os dejo.
Con cuidado extrajo una pequeña cajita de cartón forrada de papel azul con una cinta y lazo rojo.
Mi abuelo aun de espaldas abrió la caja y se volvió hacia a mi.
-Ven. Estira una mano con la palma hacia adelante.
Cuidadosamente volcó la caja boca abajo y se deslizo un colgante de plata que en el colgaba dos anillos entrelazados.
-Era de tu madre.
-¿Qué significado tiene?- acaricie esos anillos y espere la respuesta de mi abuelo.
- Lo conocerás muy pronto así también el motivo de que no hable de mi hija tanto como me gustaría.

Le Reine de la Nuit /2

(Continuación de Capitulo 1)


Me temblaban las manos apenas podía sostener el teléfono con una sola. Estaba muy asustada.
-Cogelo,cogelo -decía a la misma vez que rezaba para mis adentros de que estuviera llegando a casa.
Una sombra en los azulejos, que no era mía, me hizo tragar saliva sin hacer ruido y volverme despacio.
Se me resbalo de las manos el teléfono y pegue la espalda contra la pared.
Temblaba de miedo al ver a quien tenía a unos centímetros de mí. Su grande y delgada mano asió mi cuello fuertemente.No perdía la esperanza de que mi marido hubiera salido de esa reunión y estuviera a punto de entrar a casa.
-¿Diga?
La voz de mi marido en la otra línea disolvió mi esperanza. Apretó fuertemente mi frágil cuello y las palabras no brotaban, solo las lágrimas de impotencia surgieron.
Me desperté sudorosa con el corazón a punto de salirme por la boca. Mis gritos habían despertado a mi padre que entro a mi habitación con un cuchillo en la mano. Una pesadilla que se me repetía todas las noches y que desde que se lo conté a mi padre estaba todas las noches alerta. Solo era una pesadilla. Estaba paranoico la muerte de mi madre le había afectado demasiado.
-¿Estas bien?
-Una pesadilla, papa - le mire la mano la empuñadura era de plata igual que el resto- Has sustituido el cuchillo por una navaja.... ¡Papa! ¡Que son solo sueños!
-Vale- vio que mi ventana estaba abierta y fue a cerrarla- Te vas a resfriar, Buenas noches.
-A resfriar dice... si estoy asándome como un pollo- proteste. Abrí la ventana y corrí las cortinas- Ahora mucho mejor que corra el aire.
Eran las 5 de la mañana. Me volví a recostar y apague la luz de la mesilla. Pronto cumpliría 18 años me faltaba poco para tener la mayoría de edad. Hace unos días volvieron a mi memoria la llamada de esa mujer que tuve hace 11 años. A partir de ahí nunca dejamos de recibir llamadas, regalos y felicitaciones en navidad , en los cumpleaños, en los santos y en otras ocasiones especiales como cuando mi padre tuvo un ascenso o cuando yo aprobé la asignatura que se me atragantaba con sobresaliente.
Hoy iba a ver a mi abuelo a la residencia como a diario hacia desde mi adolescencia no como en mi infancia con mi padre una vez al mes o un día a la semana si y otra no, según como le venia bien por su trabajo. Puede que antes me lo creyese pero ahora no me colaba sus trolas. Algo pasaba relacionado con mi madre y sobre todo con el odio tremendo a esa mujer. Solo era escuchar su nombre le volvía violento. Así que decidí sacarle poco a poco información a mi abuelo de manera minuciosa.
Baje a la cocina sin cambiarme aun, cogi una tostada que la unte de mermelada de frambuesa y un vaso de café con leche. Todo me lo subí a mi habitación. Sonó el timbre. Consulte el reloj.
-Las 10. ¿Quien será a estas horas?-masculle y fui de nuevo a la primera planta para abrir.
-Hola.
Me saludo muy secamente una mujer esbelta, no muy alta, con una media melena oscura y unos ojos verdosos intensos que me miraban fríamente.
-Hola ¿Quien eres?
-Mejor ¿Que buscas?
-Celine, ve a tu habitación y cámbiate.
Mi padre le hizo un gesto con la cara y se la llevo al despacho.
Me mordí el labio inferior tenia unas ganas tremendas de golismear pero seria mejor que fuera a ver a mi abuelo y le interrogara con disimulo.
Cogi la bicicleta para ahorrarme la caminata y acelere para llegar mas antes. Estaba pensando en las decenas de preguntas que iba hacerle de mi madre cuando alguien me grito.
-¡NENA!¡MIRA A DONDE PASAS!
-Lo siento.
Un chico con unas facciones suaves , parecía ser mas alto que yo pero desde mi perspectiva no estaba muy segura , llevaba unas gafas de sol sobre la cabeza y las manos en los bolsillos mirandome con una sonrisita.
-He estado apunto de atropellarte y... ¿me sonríes?
-No todos los días se ven unas preciosidad como tú - me susurro acariciando con sus labios mis largos cabellos oscuros - ¿Como te llamas?
-Celine ¿y tú?
-Encantado de conocerte -me beso en la frente.- Es increíble lo parecidas que sois.
Me quede en cuadros por su descaro y como había desviado dar su nombre.
Seria por la luz del sol pero me pareció que sus ojos castaños habían tomado un color escarlata haciendo juego a su cabello corto.
-¿Te conozco? ¿Acaso hemos estado en la misma clase otros años?-apreté el manillar para descargar mis nervios y hablar con tranquilidad. No me daba buenas vibraciones la postura misteriosa de ese tipo y las familiaridades que se estaba tomando.
-Te hubiera gustado conocerme mucho antes- se volvió a inclinar hacia a mi mirándome directamente a los ojos- Todas lo hacen.
Estaba hipnotizada con su prenetante mirada. Me pareció escucharle murmurar algo como que te encontré.
-Apartate sino quieres que te atropelle de verdad.Se aparto a un lado con elegancia dando un paso atrás y se relamió los labios.
-Volveremos a vernos, preciosa.

Le Reine de la Nuit /1


Capitulo 1: ¿Tan duro es perdonarla?



Antes de comenzar mi historia me voy a presentar. Me llamo Celine Karlet, ¿cómo me describo? Soy una chica del montón con el pelo negro, ondulado y no exageradamente largo digamos que por encima mas o menos de la cadera ni se te ocurra imaginarme con flequillo ya que me gusta mas llevar la frente despejada; tengo 16 años, algo alta para mi edad, delgada vamos normalita de cuerpo, con unos ojos azules claros, unos labios rosados gruesos en la parte de superior y finos en la parte de abajo, tengo la piel blanca enseguida me quemo pareciéndome a una gamba recién echa y, en ocasiones, soy algo cabezota y eso tenlo por seguro amiga de mis amigos. No se me da mal aprender rápido aunque, a veces, no me quiera esforzar. Me gusta vestir cómoda con unos pantalones y una camiseta que pille por el armario.
Al tiempo me entere de que mi madre, al año de estar casados y cuando yo apenas iba a cumplir un año de vida , desapareció en una fría noche de invierno entre el profundo bosque del pueblo que yo nací.Mi padre fue un hombre que no quiso rendirse buscando a su esposa , día y noche, entre cada rincón con sus inseparables amigos. El tenia un negocio que iba prosperando muy bien y el cual lo llevaba con mi madre , que se le daba de maravilla la contabilidad, también hay que decir que fue con la ayuda de mi abuelo como había logrado levantar el negocio. Unos meses después  mi padre decidió mudarse a una ciudad dejando a un representante de confianza , lógicamente fue unos de sus amigos, Harly  pero pensó en dejarlo mejor con la ayuda de su mujer Kate que dieran la cara por él, mientras que mi padre lo llevaba todo el papeleo desde su casa para estar más cerca de mí. Su intención al marcharse de ese pueblo, que no era pequeño, fue para alejarse de los recuerdos pero no llego a conseguirlo siguió retenido en el pasado impidiéndose ser feliz rehaciendo su vida como les aconsejaban sus amigos y principalmente mi abuelo, padre de mi madre, que duro que pareciese lo había superado o eso quería hacer creer, para que mi padre sonriera de nuevo a la vida. Mi padre, desde mi perspectiva cuando yo era pequeña, era el gigante luego descubrí que es porque era muy alto, era muy moreno de tez , y siempre había mantenido esa mirada sombría que intentaba cubrir con unas sonrisas o palabras cariñosas hacia a mi, no era hombre que se llevaba barba abundante enseguida se estaba afeitando y su rostro, alargado, a pesar de su edad seguía pareciendo un muchacho veinteañero.

Me acuerdo que mi padre se pasaba todas las mañanas encerrado en su despacho absorto en su trabajo y con el teléfono siempre pegado en la oreja. El breve descanso que hacia lo aprovechaba para ayudarme hacer los deberes. Siempre lo esperaba mientras jugaba con una muñeca de trapo. Antes de dormir me gustaba ver el álbum familiar y estudiar cada expresión de alegría que expresaba mi padre, cuando mi madre aun vivía, en las fotos: de tours con amigos, de su boda, de su luna de miel, de mi bautizo... Sonría al ver el bonito rostro de mi madre y acariciaba cada sonrisa suya congelada para siempre en esas fotos.
-¿Y esa preciosa niña por que esta feliz?-me pregunto mi padre asomándose detrás de la puerta.
-Nada-escondí el álbum entre las sabanas rosas.
-Cariño, he visto lo que estabas haciendo -mi padre sacó el álbum entre las sabanas y acaricio mi corta melena que a mi padre le encantaba recogerme unas mechones, con unas pinzas pequeñas, a cada lado - si quieres la podemos ver juntos.
-Vale.
Me senté en el regazo de mi padre y el depósito el álbum sobre el mío para pasar cada hoja cómodamente. No se como pero intuí que seria la primera y la ultima vez que compartiríamos ese tiempo así, viéndolo juntos. No quería perder la oportunidad y cada foto que veíamos, le preguntaba.
-¿Por qué nos mudamos a esta ciudad y no nos quedamos en el pueblo?
-Aun eres pequeña pera entenderlo todo -me dio un beso en la frente- Buenas noches.
-Buenas noches, Papa -apague la lámpara y me cubrí hasta el cuello con el edredón -Algún día volveré allí, mama- y con esa promesa me dormía todas las noches.
El día de mi cumpleaños nos visitó de sorpresa unos amigos de mi padre, le notaba muy animado siempre que los veía. Los llevó al patio y les ofreció unas bebidas refrescantes. Yo me quedé jugando con el hijo de ambos que nos llevábamos solo 2 años de diferencia, eso si era un diablillo no paraba de hacer trastadas. Mi padre se incorporo de la silla para ir a por la tarta cuando kate lo retuvo al cogerle de la manga de la camisa. Kate era baja pero ,a pesar de su tamaño, tenia mucha valentía y no se acordaba con nada, pelirroja con su pelo largo y fino recogidos en una coleta casi siempre, con nariz respingona y unos labios finísimos, tenía una tez muy blanca rozando a leche y tanto los mofletes y el puente de la nariz estaban cubiertos con pecas, su cara era ovalada y no es que fuese fea pero era normalita.
-Jack... la vida sigue, tienes a una hija que cuidar y...deberías no, mas bien deberíamos volver a verla y perdonarla.
Mi padre al oír ese comentario le grito que esa mujer para él ya estaba muerta hace mucho tiempo. Pero Kate siguió hablando.
-No quería decírtelo porque me lo aconsejo Harley- miro a su marido que le negaba con la cabeza que siguiera con el tema- pero la vemos en ocasiones, viene a visitarnos y pregunta siempre por ti y por la niña. Sois como hermanos -busco en su bolso y extrajo algo envuelto en papel de regalo- de parte de ella para Celine.
-¡IROS DE AQUI!
Kate no se inmuto del asiento a la amenazante mirada de mi padre. En cambio, Harley, se había levantado y ya tenia entre sus brazos al pequeño ,rizos de oro,James. Harley, era lo contrario de su mujer, era alto pero mas bajo que mi padre le llegaba por el pecho, su despiste y torpeza le hacían ser gracioso aunque algunas veces no intencionadamente , su pelo era rubio corto pero con unos mechones rozando su frente, sus ojos pequeños y verdosos, una tez blanca y un rostro que a simple vista era atractivo, era un hombre con un buen sentido del humor nunca en él existía un escasez de bromas pero prefería mantenerse a margen de los problemas a diferencia de mi padre que siempre estaba en ellos.
-Adios, Jack.Pecosa,te espero en el coche
Kate sonrió.
-No tardare, rubio.
Al pasar a mi lado me revolvió los cabellos típica despidida que actualmente mantiene conmigo .
-Ya nos veremos, pequeñaja.
Kate se paso un mechón de pelo rojiza detrás de la oreja mientras seguía sosteniendo la mirada de mi padre.

-Te pesa tanto la culpa que recurriste a lo mas fácil en hacer responsable a alguien y le toco a Melly ¿no,Jack?
-Celine, ve a tu habitación
Solo fue entrar en casa y escuchar como la puerta se cerraba detrás mía.
En ese momento sonó el teléfono fijo de la sala.
-¿Si?
-¿¡Celine!?
-Si.
-¡Felicidades, Peque! Ya 6 añitos. ¿Te ha llegado el regalo?
Se me vino la imagen de mi padre cogiendo el regalo para impedir que llegara a mis manos y tirándolo al suelo acompañado con un crack.
-No.¿Quien eres? 
Un silencio breve en la otra linea me pareció escucharla llorar.
-No le digas que he llamado.
Mi padre me rebato el teléfono pero ya había colgado. Kate salio dando un fuerte portazo que hizo caer una foto que estaba colgada en la pared.
-¿Quien era?
-No losé.


Le Reine de la Nuit

Prólogo

Corre deprisa sin pausa con los pies blancos desnudos pisando suavemente mientras deslizaba sus dedos sobre la húmeda hierba. Sus ondulados y largos cabellos azabaches bailando al son del viento, el frescor de la brisa roza con su cara una y otra vez. Siente como la adrenalina apodera cada vez más su cuerpo y le va gustando esa sensación. Una de sus manos sostiene fuertemente una navaja de plata, su filo brilla con la luz de la luna. Se esconde detrás un voluminoso árbol apoyada a espaldas a él, aguanta la respiración y se asoma despacio.
-Ahí esta
Ella pasa la lengua por el labio superior y sonríe para sus adentros con los ojos fijos en su víctima.
Levanta la navaja a la altura de sus ojos. Observa sus ojos azules reflejados en la hoja plana de plata que están tan vacíos…
-Pronto te bañaras de escarlata.
Se giro bruscamente y con una sobrehumana velocidad se dirigió hacia ese punto moviendo cada rama a su paso.
Se percato que su victima llevaba una tunica negra que le llegaba hasta el suelo, una capucha cubriendo su rostro y sentada en una roca de perfil a ella. 
La tenía a su alcance con agilidad tenia que apartarle la capucha y hacerle un corte limpio sin demora sobre la garganta.
Pero se había incorporado de un salto tan rápido que no había podido percibirlo con la vista y se encontró cara a cara con esa persona, se había descubierto el rostro a la vez que había echo ese movimiento imprevisto y la sonría de oreja a oreja.
-Hola, prima. Por tu cara diría que no me esperabas a mí - señalo la navaja con el dedo índice – aparta esa cosa de mi brazo. Puedes dejarme marca.
-¿Joel?- inquirió respirando entrecortadamente y se irguió para separarse del rostro de su prima - ¿Donde esta? - miro a todos los lados bajando la guardia.
Su prima con un manotazo aparto la navaja a varios metros de su alcance.
-¿¡Donde esta!?- grito con rabia y empujo a su prima que no se inmuto del sitio - ¿Pero que? Tenías que haberte desplazado unos centímetros.
-Querida, estoy aquí.
Surgió una voz entre los árboles del otro lado opuesto del río y después escucho unos pasos suaves. Hasta que por fin lo vio completamente cuando la luz de la luna acaricio sus rasgos. Él aferraba con fuerza en una de sus manos su navaja.
Cubriéndole las espaldas todo el Clan apareció al unísono, rugiendo como leones y los ojos inyectados en sangre. Su prima desapareció y reapareció al lado de su tío con los brazos cruzados y el mentón alzado con orgullo.
-Sigue siendo igual de ilusa, padre.
Sabía que este iba a ser su final y ya había preparado todo con alteración para que él no notara su falta.
Así que se acuclillo ante ellos, agacho la cabeza, sus cabellos se movieron hacia adelante entre ellos miro por debajo de sus finas cejas, con una mano apoyada en la hierba y la otra la alzo hacia ellos enseñándoles el diamante, el trofeo que tanto ansiaban.
-¿Queréis esto? Venid a buscarlo.




No estas emocionante vivir una aventura cuando sabes que tu vida esta en peligro.
Pero más que obligación sientes que es tu deber proteger a los tuyos, a los que mas quieres. Yo te regale mi vida junto con mi amor y en eso contaba morir por ti. He ocupado mi lugar y el tuyo porque en este mundo cruel necesitan unas personas con un corazón noble como tú. Cuida de nuestra preciosa hija y celebra con los nuestros que hemos ganado la guerra. ¿Soy egoísta porque os he apartado de mí? Puede… pero era mi destino hacerlo. Con el tiempo entenderás que eso fue lo mejor.

Te Amo

Rossena

EL SILENCIO

siempre es la mejor trampa

"Solo hay un lugar donde puedes verme a solas ¿Quieres que te lo diga?"