Le Reine de la Nuit /3

( Continuación Capitulo 1 )



A mi abuelo cuando entré en la habitación se le ilumino los ojos de alegría. Entre sus manos llevaba abierto de par en par un periódico de hace 2 días. Lo estaba leyendo por encima de las gafas que estaban casi al final del puente de la nariz . Hizo una mueca de disgusto al leer algo.
-Siempre igual -doblo el periódico en dos y lo dejo en su mesita de noche- En eso no hemos progresado la sociedad. Guerra y más guerra. ¿Es que los humanos no sabemos pedir las cosas sin sangre por medio?

Lo abrace y el me dio un beso en la coronilla. Acerque una silla para sentarme a su lado.
En su juventud había sido dirigente de un banco un oficio que había heredaro de sus antepasados por parte de su padre pero que debido a algo tuvo que dejarlo. Antes de conocer a mi abuela había sido boxeador durante 4 años antes de que muriera su padre y el peso de encargarse del negocio recayo en sus manos. Había fortalecido tanto el cuerpo que aun mantenía en los brazos una pequeña parte de sus explendidos musculos que lo llevaron a la fama. Siempre había descrito a su mujer mas bella como una flor, esbelta y alta como mi madre pero fragil de salud.
Unas pequeñas arrugas aparecieron en su frente al fruncir el entrecejo aumentado las que tenían de la edad. Entrecerró los ojos grises y me miro unos segundos. 
-¿Quieres hablar de tu madre?- siempre había sido un hombre muy intuitivo me lo había avisado mi padre y por naturaleza no se me daba bien disimular- ¿A que si?
-Si, abuelo.
-Obviare describirla como habrás visto en fotos es muy parecida físicamente a ti.Todas las mujeres de tu familia comparteis unos identicos rasgos.
Se me vino a la mente que antes unos segundos ese mismo chico pelirrojo había dicho lo mismo. Coincidencias. Si era eso.
-A las dos os gusta llevar el cabello largo pero tu madre lo tenia mas que tú. Nunca se lo vi corto como su madre, mi amor, que siempre su corte era media melena muy simple como en aquella época, lacio y negro brillante como sus ojos oscuros -se le escaparon unas lagrimas al recordarla y saco una foto de su bolsillo de la camisa- Todas las mujeres de tu familia como te he dicho son físicamente parecidas y con un gran temperamento pero demasiado buenas por dentro.
Giro su cabeza hacia la ventana para perderse en la lejanía de aquel armónico paisaje.
-¿Te acerco, abuelo?
-Aunque este parado en esta maldita de silla. No soy un inútil.
Sus manos se posaron en las ruedas y las deslizo suavemente hacia delante. Hasta llegar a la altura de la ventana.Alzo la foto a la luz del sol. 
-¿A que era preciosa mi Alice?
-Si, era muy bonita.
La foto era blanco y negro. Estaban de pies en lo que parecía de fondo su comedor. Mi abuelo estaba detrás de ella apoyando su mentón cuadrado en el estrecho hombro de su mujer como si quisiera recordar su aroma para un futuro, la miraba tiernamente con una gran sonrisa y sus grandes manos rodeaban la cintura de mi abuela que estaba dandole la espalda. Se parecía a mi madre tenia un fino rostro, unos labios gruesos curvados en una sonrisa y una mirada dulce. Ella sostenía en brazos un bebe apenas podía tener 1 año.
Beso la foto y se la guardo donde antes.
-De parte de mi padre no tengo familia, se quedo huérfano hace años pero de parte de mi madre solo te tengo a ti abuelo. ¿No hubo mas familia viva?
-La había- su alargada cara se volvió tensa y note como apretaba la mandíbula- Tu abuela tenia un hermano pero murió hace mucho.Parecían siameses cuando los conocí estaban muy pegados. Al principio empezó a vivir con nosotros pero de repente su hermano se fue distanciando, no supimos su panadero hasta aquella noche... - dejo la frase a medias y se cubrió el rostro con las manos.
Me acuclillé ante el y le fue apartando las manos lentamente.
-¿Que paso abuelo?
Un sonido rompió ese momento que tanto ansiaba tener. Era mi móvil. Lo saque del bolso sin ganas.
-Dime.
Era mi padre. Había tardado a la hora prevista de llegada a casa y quería saber si estaba bien. Eso que mi retraso era de 5 minutos nada mas.
- Si.Quería estar mas tiempo con mi abuelo hoy- preferi no contarle el encuentro de ese chico- Vale.
-Tu padre ¿no?- se alejo de la ventana para ir abrirme la puerta- Ya no viene a verme.¿Cómo esta?
-Si.Esta bien algo paranoico desde que tengo la misma pesadilla todas las noches.
-¿Cual?
-Estoy en la cocina. Presa de un pánico pero no se el motivo que me lleva a coger el teléfono y llamar a mi "supuesto" marido. Luego un hombre aparece detrás de mi, me vuelvo despacio.No le veo el rostro pero lo reconozco. Me agarra fuertemente el cuello hasta quedarme casi sin oxigeno.
Mi abuelo se quedo con la mano en el aire. Su tez morena de la cara paso a blanco color de la leche. Se quedo como una estatua.
-¿¡Estas bien!?
Lo aparte de la puerta para llamar corriendo a una enfermera. Cuando volví con ella. Me quede extrañada al ver a mi abuelo rebuscando en el primer cajón de su mesilla.
-No es nada. Me acabo de acordar que tenía que darle a mi nieta una cosa.
La enfermera le regaño cariñosamente.
-Gregorio no asustes así mas a su nieta o se quedara sin jugar a las cartas.Os dejo.
Con cuidado extrajo una pequeña cajita de cartón forrada de papel azul con una cinta y lazo rojo.
Mi abuelo aun de espaldas abrió la caja y se volvió hacia a mi.
-Ven. Estira una mano con la palma hacia adelante.
Cuidadosamente volcó la caja boca abajo y se deslizo un colgante de plata que en el colgaba dos anillos entrelazados.
-Era de tu madre.
-¿Qué significado tiene?- acaricie esos anillos y espere la respuesta de mi abuelo.
- Lo conocerás muy pronto así también el motivo de que no hable de mi hija tanto como me gustaría.

EL SILENCIO

siempre es la mejor trampa

"Solo hay un lugar donde puedes verme a solas ¿Quieres que te lo diga?"