Le Reine de la Nuit /2

(Continuación de Capitulo 1)


Me temblaban las manos apenas podía sostener el teléfono con una sola. Estaba muy asustada.
-Cogelo,cogelo -decía a la misma vez que rezaba para mis adentros de que estuviera llegando a casa.
Una sombra en los azulejos, que no era mía, me hizo tragar saliva sin hacer ruido y volverme despacio.
Se me resbalo de las manos el teléfono y pegue la espalda contra la pared.
Temblaba de miedo al ver a quien tenía a unos centímetros de mí. Su grande y delgada mano asió mi cuello fuertemente.No perdía la esperanza de que mi marido hubiera salido de esa reunión y estuviera a punto de entrar a casa.
-¿Diga?
La voz de mi marido en la otra línea disolvió mi esperanza. Apretó fuertemente mi frágil cuello y las palabras no brotaban, solo las lágrimas de impotencia surgieron.
Me desperté sudorosa con el corazón a punto de salirme por la boca. Mis gritos habían despertado a mi padre que entro a mi habitación con un cuchillo en la mano. Una pesadilla que se me repetía todas las noches y que desde que se lo conté a mi padre estaba todas las noches alerta. Solo era una pesadilla. Estaba paranoico la muerte de mi madre le había afectado demasiado.
-¿Estas bien?
-Una pesadilla, papa - le mire la mano la empuñadura era de plata igual que el resto- Has sustituido el cuchillo por una navaja.... ¡Papa! ¡Que son solo sueños!
-Vale- vio que mi ventana estaba abierta y fue a cerrarla- Te vas a resfriar, Buenas noches.
-A resfriar dice... si estoy asándome como un pollo- proteste. Abrí la ventana y corrí las cortinas- Ahora mucho mejor que corra el aire.
Eran las 5 de la mañana. Me volví a recostar y apague la luz de la mesilla. Pronto cumpliría 18 años me faltaba poco para tener la mayoría de edad. Hace unos días volvieron a mi memoria la llamada de esa mujer que tuve hace 11 años. A partir de ahí nunca dejamos de recibir llamadas, regalos y felicitaciones en navidad , en los cumpleaños, en los santos y en otras ocasiones especiales como cuando mi padre tuvo un ascenso o cuando yo aprobé la asignatura que se me atragantaba con sobresaliente.
Hoy iba a ver a mi abuelo a la residencia como a diario hacia desde mi adolescencia no como en mi infancia con mi padre una vez al mes o un día a la semana si y otra no, según como le venia bien por su trabajo. Puede que antes me lo creyese pero ahora no me colaba sus trolas. Algo pasaba relacionado con mi madre y sobre todo con el odio tremendo a esa mujer. Solo era escuchar su nombre le volvía violento. Así que decidí sacarle poco a poco información a mi abuelo de manera minuciosa.
Baje a la cocina sin cambiarme aun, cogi una tostada que la unte de mermelada de frambuesa y un vaso de café con leche. Todo me lo subí a mi habitación. Sonó el timbre. Consulte el reloj.
-Las 10. ¿Quien será a estas horas?-masculle y fui de nuevo a la primera planta para abrir.
-Hola.
Me saludo muy secamente una mujer esbelta, no muy alta, con una media melena oscura y unos ojos verdosos intensos que me miraban fríamente.
-Hola ¿Quien eres?
-Mejor ¿Que buscas?
-Celine, ve a tu habitación y cámbiate.
Mi padre le hizo un gesto con la cara y se la llevo al despacho.
Me mordí el labio inferior tenia unas ganas tremendas de golismear pero seria mejor que fuera a ver a mi abuelo y le interrogara con disimulo.
Cogi la bicicleta para ahorrarme la caminata y acelere para llegar mas antes. Estaba pensando en las decenas de preguntas que iba hacerle de mi madre cuando alguien me grito.
-¡NENA!¡MIRA A DONDE PASAS!
-Lo siento.
Un chico con unas facciones suaves , parecía ser mas alto que yo pero desde mi perspectiva no estaba muy segura , llevaba unas gafas de sol sobre la cabeza y las manos en los bolsillos mirandome con una sonrisita.
-He estado apunto de atropellarte y... ¿me sonríes?
-No todos los días se ven unas preciosidad como tú - me susurro acariciando con sus labios mis largos cabellos oscuros - ¿Como te llamas?
-Celine ¿y tú?
-Encantado de conocerte -me beso en la frente.- Es increíble lo parecidas que sois.
Me quede en cuadros por su descaro y como había desviado dar su nombre.
Seria por la luz del sol pero me pareció que sus ojos castaños habían tomado un color escarlata haciendo juego a su cabello corto.
-¿Te conozco? ¿Acaso hemos estado en la misma clase otros años?-apreté el manillar para descargar mis nervios y hablar con tranquilidad. No me daba buenas vibraciones la postura misteriosa de ese tipo y las familiaridades que se estaba tomando.
-Te hubiera gustado conocerme mucho antes- se volvió a inclinar hacia a mi mirándome directamente a los ojos- Todas lo hacen.
Estaba hipnotizada con su prenetante mirada. Me pareció escucharle murmurar algo como que te encontré.
-Apartate sino quieres que te atropelle de verdad.Se aparto a un lado con elegancia dando un paso atrás y se relamió los labios.
-Volveremos a vernos, preciosa.

Le Reine de la Nuit /1


Capitulo 1: ¿Tan duro es perdonarla?



Antes de comenzar mi historia me voy a presentar. Me llamo Celine Karlet, ¿cómo me describo? Soy una chica del montón con el pelo negro, ondulado y no exageradamente largo digamos que por encima mas o menos de la cadera ni se te ocurra imaginarme con flequillo ya que me gusta mas llevar la frente despejada; tengo 16 años, algo alta para mi edad, delgada vamos normalita de cuerpo, con unos ojos azules claros, unos labios rosados gruesos en la parte de superior y finos en la parte de abajo, tengo la piel blanca enseguida me quemo pareciéndome a una gamba recién echa y, en ocasiones, soy algo cabezota y eso tenlo por seguro amiga de mis amigos. No se me da mal aprender rápido aunque, a veces, no me quiera esforzar. Me gusta vestir cómoda con unos pantalones y una camiseta que pille por el armario.
Al tiempo me entere de que mi madre, al año de estar casados y cuando yo apenas iba a cumplir un año de vida , desapareció en una fría noche de invierno entre el profundo bosque del pueblo que yo nací.Mi padre fue un hombre que no quiso rendirse buscando a su esposa , día y noche, entre cada rincón con sus inseparables amigos. El tenia un negocio que iba prosperando muy bien y el cual lo llevaba con mi madre , que se le daba de maravilla la contabilidad, también hay que decir que fue con la ayuda de mi abuelo como había logrado levantar el negocio. Unos meses después  mi padre decidió mudarse a una ciudad dejando a un representante de confianza , lógicamente fue unos de sus amigos, Harly  pero pensó en dejarlo mejor con la ayuda de su mujer Kate que dieran la cara por él, mientras que mi padre lo llevaba todo el papeleo desde su casa para estar más cerca de mí. Su intención al marcharse de ese pueblo, que no era pequeño, fue para alejarse de los recuerdos pero no llego a conseguirlo siguió retenido en el pasado impidiéndose ser feliz rehaciendo su vida como les aconsejaban sus amigos y principalmente mi abuelo, padre de mi madre, que duro que pareciese lo había superado o eso quería hacer creer, para que mi padre sonriera de nuevo a la vida. Mi padre, desde mi perspectiva cuando yo era pequeña, era el gigante luego descubrí que es porque era muy alto, era muy moreno de tez , y siempre había mantenido esa mirada sombría que intentaba cubrir con unas sonrisas o palabras cariñosas hacia a mi, no era hombre que se llevaba barba abundante enseguida se estaba afeitando y su rostro, alargado, a pesar de su edad seguía pareciendo un muchacho veinteañero.

Me acuerdo que mi padre se pasaba todas las mañanas encerrado en su despacho absorto en su trabajo y con el teléfono siempre pegado en la oreja. El breve descanso que hacia lo aprovechaba para ayudarme hacer los deberes. Siempre lo esperaba mientras jugaba con una muñeca de trapo. Antes de dormir me gustaba ver el álbum familiar y estudiar cada expresión de alegría que expresaba mi padre, cuando mi madre aun vivía, en las fotos: de tours con amigos, de su boda, de su luna de miel, de mi bautizo... Sonría al ver el bonito rostro de mi madre y acariciaba cada sonrisa suya congelada para siempre en esas fotos.
-¿Y esa preciosa niña por que esta feliz?-me pregunto mi padre asomándose detrás de la puerta.
-Nada-escondí el álbum entre las sabanas rosas.
-Cariño, he visto lo que estabas haciendo -mi padre sacó el álbum entre las sabanas y acaricio mi corta melena que a mi padre le encantaba recogerme unas mechones, con unas pinzas pequeñas, a cada lado - si quieres la podemos ver juntos.
-Vale.
Me senté en el regazo de mi padre y el depósito el álbum sobre el mío para pasar cada hoja cómodamente. No se como pero intuí que seria la primera y la ultima vez que compartiríamos ese tiempo así, viéndolo juntos. No quería perder la oportunidad y cada foto que veíamos, le preguntaba.
-¿Por qué nos mudamos a esta ciudad y no nos quedamos en el pueblo?
-Aun eres pequeña pera entenderlo todo -me dio un beso en la frente- Buenas noches.
-Buenas noches, Papa -apague la lámpara y me cubrí hasta el cuello con el edredón -Algún día volveré allí, mama- y con esa promesa me dormía todas las noches.
El día de mi cumpleaños nos visitó de sorpresa unos amigos de mi padre, le notaba muy animado siempre que los veía. Los llevó al patio y les ofreció unas bebidas refrescantes. Yo me quedé jugando con el hijo de ambos que nos llevábamos solo 2 años de diferencia, eso si era un diablillo no paraba de hacer trastadas. Mi padre se incorporo de la silla para ir a por la tarta cuando kate lo retuvo al cogerle de la manga de la camisa. Kate era baja pero ,a pesar de su tamaño, tenia mucha valentía y no se acordaba con nada, pelirroja con su pelo largo y fino recogidos en una coleta casi siempre, con nariz respingona y unos labios finísimos, tenía una tez muy blanca rozando a leche y tanto los mofletes y el puente de la nariz estaban cubiertos con pecas, su cara era ovalada y no es que fuese fea pero era normalita.
-Jack... la vida sigue, tienes a una hija que cuidar y...deberías no, mas bien deberíamos volver a verla y perdonarla.
Mi padre al oír ese comentario le grito que esa mujer para él ya estaba muerta hace mucho tiempo. Pero Kate siguió hablando.
-No quería decírtelo porque me lo aconsejo Harley- miro a su marido que le negaba con la cabeza que siguiera con el tema- pero la vemos en ocasiones, viene a visitarnos y pregunta siempre por ti y por la niña. Sois como hermanos -busco en su bolso y extrajo algo envuelto en papel de regalo- de parte de ella para Celine.
-¡IROS DE AQUI!
Kate no se inmuto del asiento a la amenazante mirada de mi padre. En cambio, Harley, se había levantado y ya tenia entre sus brazos al pequeño ,rizos de oro,James. Harley, era lo contrario de su mujer, era alto pero mas bajo que mi padre le llegaba por el pecho, su despiste y torpeza le hacían ser gracioso aunque algunas veces no intencionadamente , su pelo era rubio corto pero con unos mechones rozando su frente, sus ojos pequeños y verdosos, una tez blanca y un rostro que a simple vista era atractivo, era un hombre con un buen sentido del humor nunca en él existía un escasez de bromas pero prefería mantenerse a margen de los problemas a diferencia de mi padre que siempre estaba en ellos.
-Adios, Jack.Pecosa,te espero en el coche
Kate sonrió.
-No tardare, rubio.
Al pasar a mi lado me revolvió los cabellos típica despidida que actualmente mantiene conmigo .
-Ya nos veremos, pequeñaja.
Kate se paso un mechón de pelo rojiza detrás de la oreja mientras seguía sosteniendo la mirada de mi padre.

-Te pesa tanto la culpa que recurriste a lo mas fácil en hacer responsable a alguien y le toco a Melly ¿no,Jack?
-Celine, ve a tu habitación
Solo fue entrar en casa y escuchar como la puerta se cerraba detrás mía.
En ese momento sonó el teléfono fijo de la sala.
-¿Si?
-¿¡Celine!?
-Si.
-¡Felicidades, Peque! Ya 6 añitos. ¿Te ha llegado el regalo?
Se me vino la imagen de mi padre cogiendo el regalo para impedir que llegara a mis manos y tirándolo al suelo acompañado con un crack.
-No.¿Quien eres? 
Un silencio breve en la otra linea me pareció escucharla llorar.
-No le digas que he llamado.
Mi padre me rebato el teléfono pero ya había colgado. Kate salio dando un fuerte portazo que hizo caer una foto que estaba colgada en la pared.
-¿Quien era?
-No losé.


Le Reine de la Nuit

Prólogo

Corre deprisa sin pausa con los pies blancos desnudos pisando suavemente mientras deslizaba sus dedos sobre la húmeda hierba. Sus ondulados y largos cabellos azabaches bailando al son del viento, el frescor de la brisa roza con su cara una y otra vez. Siente como la adrenalina apodera cada vez más su cuerpo y le va gustando esa sensación. Una de sus manos sostiene fuertemente una navaja de plata, su filo brilla con la luz de la luna. Se esconde detrás un voluminoso árbol apoyada a espaldas a él, aguanta la respiración y se asoma despacio.
-Ahí esta
Ella pasa la lengua por el labio superior y sonríe para sus adentros con los ojos fijos en su víctima.
Levanta la navaja a la altura de sus ojos. Observa sus ojos azules reflejados en la hoja plana de plata que están tan vacíos…
-Pronto te bañaras de escarlata.
Se giro bruscamente y con una sobrehumana velocidad se dirigió hacia ese punto moviendo cada rama a su paso.
Se percato que su victima llevaba una tunica negra que le llegaba hasta el suelo, una capucha cubriendo su rostro y sentada en una roca de perfil a ella. 
La tenía a su alcance con agilidad tenia que apartarle la capucha y hacerle un corte limpio sin demora sobre la garganta.
Pero se había incorporado de un salto tan rápido que no había podido percibirlo con la vista y se encontró cara a cara con esa persona, se había descubierto el rostro a la vez que había echo ese movimiento imprevisto y la sonría de oreja a oreja.
-Hola, prima. Por tu cara diría que no me esperabas a mí - señalo la navaja con el dedo índice – aparta esa cosa de mi brazo. Puedes dejarme marca.
-¿Joel?- inquirió respirando entrecortadamente y se irguió para separarse del rostro de su prima - ¿Donde esta? - miro a todos los lados bajando la guardia.
Su prima con un manotazo aparto la navaja a varios metros de su alcance.
-¿¡Donde esta!?- grito con rabia y empujo a su prima que no se inmuto del sitio - ¿Pero que? Tenías que haberte desplazado unos centímetros.
-Querida, estoy aquí.
Surgió una voz entre los árboles del otro lado opuesto del río y después escucho unos pasos suaves. Hasta que por fin lo vio completamente cuando la luz de la luna acaricio sus rasgos. Él aferraba con fuerza en una de sus manos su navaja.
Cubriéndole las espaldas todo el Clan apareció al unísono, rugiendo como leones y los ojos inyectados en sangre. Su prima desapareció y reapareció al lado de su tío con los brazos cruzados y el mentón alzado con orgullo.
-Sigue siendo igual de ilusa, padre.
Sabía que este iba a ser su final y ya había preparado todo con alteración para que él no notara su falta.
Así que se acuclillo ante ellos, agacho la cabeza, sus cabellos se movieron hacia adelante entre ellos miro por debajo de sus finas cejas, con una mano apoyada en la hierba y la otra la alzo hacia ellos enseñándoles el diamante, el trofeo que tanto ansiaban.
-¿Queréis esto? Venid a buscarlo.




No estas emocionante vivir una aventura cuando sabes que tu vida esta en peligro.
Pero más que obligación sientes que es tu deber proteger a los tuyos, a los que mas quieres. Yo te regale mi vida junto con mi amor y en eso contaba morir por ti. He ocupado mi lugar y el tuyo porque en este mundo cruel necesitan unas personas con un corazón noble como tú. Cuida de nuestra preciosa hija y celebra con los nuestros que hemos ganado la guerra. ¿Soy egoísta porque os he apartado de mí? Puede… pero era mi destino hacerlo. Con el tiempo entenderás que eso fue lo mejor.

Te Amo

Rossena

EL SILENCIO

siempre es la mejor trampa

"Solo hay un lugar donde puedes verme a solas ¿Quieres que te lo diga?"